lunes, 20 de octubre de 2014

"Estábamos destinados a no ser, a no fluir, a no seguir."

Y, sinceramente creo que es mejor así, que te alejes de mi, como, tarde o temprano, todos hacen. Ni tú ni nadie se merece estar cerca de una persona que te hace vivir en una constante decepción y depresión. Sería demasiado cruel por mi parte obligarte a hacerlo, por tanto, te dejo ir. Con mis sonrisas, mis buenos ratos, nuestros recuerdos y un pequeño (gran) trozo de mi corazón. Porque, ¿sabes? Fuiste, eres y probablemente, serás, la única persona que ha logrado calmarme con una sonrisa y erizar todos y cada uno de los centímetros de mi piel con un suspiro acelerado en mi nuca.
Sencillamente te diré que no te olvidaré, no porque permanezca enamorada de ti toda la vida, sino porque no mereces tener un lastre como yo toda tu vida, ni yo merezco permanecer atada a una persona constantemente, por esto te pido, te suplico, que rehagas tu vida, que busques a una que aguante tus piques y no se cabree, pero que se muerda el labio, sé lo mucho que te gustaba eso. Que tenga todo lo que te gustaba de mi y cubra con su personalidad la mayor parte de los fallos de la mía. Yo, mientras tú eres feliz trataré de superar día a día lo nuestro, poco a poco, no puedo pedir más, un año y ocho meses no se borran de un plumazo. Digo superar, no olvidar, no quiero ni querré olvidarte nunca, sin embargo, guardaré nuestros recuerdos en un pequeño cajón que siempre he tenido reservado para este momento, hasta que no me duelan, hasta que no trastoquen hasta el lugar más recóndito de mi ser.
Echaré de menos tus 'te quiero', tu manera tan singular de morderte el labio, el como me acaricias cada parte de mi cuerpo haciendo que me quiera un poco más, ignorando mis quejidos en cuanto me rozas, mis súplicas para que abandones esa extraña búsqueda que muchas veces, aunque nunca lo admita, he deseado que no tuviese fin. Únicamente diré que siempre supe que esto acabaría pasando, estábamos destinados a no ser, a no fluir, a no seguir. Pero eso ya no me entristece, ya me he deshidratado antes, escribo esto con una sonrisa, una sonrisa amarga, pero, al fin y al cabo, una sonrisa. Estoy amargamente feliz porque sé que esto no lo volveré a vivir con nadie y me alegro de ello, me gusta saber que siempre vas a ser especial.
No quiero llorar, y no quiero que llores, quiero que, como esta tarde, acabemos riendo, aunque entre lágrimas, pero riendo. No podemos permitir que algo tan bonito nos deje con un sabor agrio en los labios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario